Tras una noche movidita, ha llegado la mañana. Pero no han pasado ni 24 horas y ya están otra vez a la gresca los concursantes. Y es que Maite no se calla una y ha puesto a todos en la casa muy nerviosos.
Marina y Vera, apartados en el jardín han debatido si realmente Maite es así como se está mostrando, ellos creen que todo es un papel y que está actuando. Su energía y su vitalidad parece que está alterando a todos y sólo llevan dos días de convivencia.

Maite sigue en las mismas, esta vez no está enfadada porque no la dejan dormir sino que no para ni un minuto, ella quiere participar en la conversación de sus compañeros y dar su opinión a cada rato. Ivy piensa que en cualquier momento le va a dar un bajón tras estas subidas que tiene, “yo mala para nada, tengo una fuerza que no se lo cree nadie”, le ha asegurado, dando a entender que es una mujer incombustible.
Moviéndose de un lado a otro, cantando, hablando sin parar, pidiendo que se callen, que la escuchen... así es estar con Maite en la casa de Guadalix. Los concursantes no están muy cómodos con su presencia y así se lo han hecho saber, Aritz es el único que parece que la entiende y cree que está muy intranquilla, "hay gente que está nerviosa", le ha intentado explicar. Amanda también le ha hecho saber que les está alterando, "tú no eres la única que tiene mucha, mucha, mucha energía" y para una buena convivencia tiene que haber un entendimiento o, por lo menos, un diálogo y no un monólogo. "En vez de hacernos participe de tu energía, nos la quitas. ¿Te parece bueno para el grupo?", le ha preguntado Raquel, pero la 'madre' de Suso ha pasado de estos comentarios, un radactor le ha dicho que se tiene que comportarse igual que en su casa y no va a parar de hacerlo aunque se lo pidan.